Estos sistemas de pulverización generan una cortina de microgotas de agua, con un diámetro medio de 10 micras, que eliminan el polvo en suspensión y fugitivo, limpiando de este modo la atmósfera de impurezas. Estas microgotas tienen la capacidad de capturar y eliminar las partículas PM10 y otras partículas más pequeñas.

Las partículas de polvo se adhieren a estas micro-gotas arrastrándolas en su caída hasta el suelo, además, el tamaño de las micro-gotas evita que la partícula de polvo rebote sin adherirse a ellas como ocurre con gotas de un tamaño superior. El sistema de nebulización ayuda a eliminar eficazmente partículas de polvo de 0,1 a 1000 micrones, permitiendo la reducción de los niveles de polvo en suspensión por debajo de las exigencias legales.